martes, 25 de septiembre de 2012

Ser un caracol gigante es genial: Electric Magma - Snail the Wah


La escena del stoner instrumental es amplia y variada, y los grupos que destacan son innumerables y muy diversos. Es por eso que aparecen joyas hasta debajo de las piedras, y ese es el caso de Electric Magma, grupo canadiense relativamente joven (desde 2003) con un estilo propio que combina fuzz y wah de un modo viscoso, denso, funky y, por supuesto, con toneladas de groove y psicodelia. Sin embargo el estilo del grupo no ha sido fijo, habiendo variado entre jam psicodélica total y estructuras más definidas, con la inclusión esporádica de voces en algunos temas. Por ello destaco Snail the Wah, enteramente instrumental y que junto con el bootleg The Jams es el que contiene una mayor presencia de este estilo característico. 


Sólo con la portada (horripilantemente bella, por otra parte) y el título, estamos advertidos del contenido: caracoleo puro y duro, psicodelia resbaladiza, groove marcado, en definitiva, ganas de agitarse lentamente cual enorme y flácida babosa alienígena. El álbum está a su vez dividido en dos partes: de la pista 1 a la 8 son temas de estudio, un stoner instrumental riffero y cañero, y de la 9 a la 13 tenemos las jams, donde el grupo derrocha talento en improvisación con un estilo relativamente particular.

Primera parte. Es la que encuentro menos impresionante. Tiene su caña, su fuzz, sus buenos riffs... pero los elementos clásicos no son mejores que lo ya oído cientos de veces en otros muchos grupos, y los elementos atípicos y propios del grupo se ven muy superados en la segunda parte. Todo ello no quita que sea tremendamente disfrutable, hay temazos bastante gordos como Two Shots of Jager o Cusp of Aquarius, cuyos wah's persistentes incitan irremediablemente al consumo de estupefacientes. También algunos de los riffs como el de Attack of Big Brown Eggs sorprenden cuando te encuentras tarareándolos de camino al autobús o comprando leche en el Mercadona. La guinda del pastel la pone el breve interludio que es Aquarius, una especie de funky ultraviscoso y psilocibínico de apenas un minuto de duración, conformando una primera parte más que decente, que sin ser una obra maestra, merece más de una escucha.

Segunda parte. Aquí empieza lo gordo. El trío demuestra su gran capacidad de improvisación bajo los elementos fijos de blues, fuzz y mucho (muuuuuucho) wah, a través de cinco pesadísimas jams de tempos medios/lentos. El bajo es potente, incesante y muy distorsionado. Participa tanto como la guitarra a la hora de crear riffs y solos, cosa imprescindible en un power trio pero que parece estar olvidándose con el tiempo. De vez en cuando, se suma al wah dando un resultado que no podría ser más psicodélico, haciendo las delicias de cualquier porrero. La guitarra se puede deducir a partir de lo ya dicho: fuzz y wah en su máxima expresión, pesada cuando se centra en los riffs y psicodélica y funky cuando improvisa largos solos que te pueden mantener cabeceando la tarde entera. La batería no me resulta tan abrumadora, pero desde luego cumple con ritmos pesados y marcados y un uso muy acertado del charles, que como buena percusión funk te obliga a, si no bailar, como mínimo agitarte indiscriminadamente por toda la sala. Los cinco temas me parecen de una enorme calidad, pero por comentar alguno destacaría el combo Beertastic Bongfoolery/Bongtastic BeerfoleryLost Shadows and Diatribes of an Albino Groundhog, ejemplos bien claros de la gelatinosidad pesada que ofrece el grupo. .

En resumen: el disco entero es una escucha que vale la pena para cualquier amante del rock psicodélico y la pesadez, y la segunda parte alcanza calidad de imprescindible por su estilo único de heavy jam. Para fans de Sons of Otis, Wo Fat y demás psicodelicias.

4 comentarios:

  1. Hola buenas. ¿podríais poner el botón de seguir este blog, por favor?

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  2. Muy densos estos tipos, qué pasada. Eso sí, la portada madre mía...

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