Agruss es una de esas
bandas que no descubres por ti mismo muy
habitualmente, a no ser que te muevas en unos círculos muy determinados o, como
fue en mi caso, que los responsables de la banda te sigan en tu Twitter a duras penas activo. El disco
debut de estos ucranianos se lanzó el 26 de abril de 2012, este hecho en
apariencia irrisorio, no es algo elegido al azar, ya que ese mismo día 26 años
atrás, tuvo lugar uno de los accidentes nucleares que marcaron un antes y un
después. Sí, estoy hablando del desastre de Chernobyl, y el cual inspira de
muchos modos a este post-apocalíptico debut. Advierto ya de antemano, de que no
es un disco fácil de digerir para debutantes en los géneros extremos.
Morok nos transporta, a
partir de sus nueve temas, a un mundo inhóspito, frío, post-atómico y devastado
por la llovizna (aunque en este caso, nieve sería algo más adecuado) radiactiva.
De entrada lo que quizá sorprenda más al sea oyente el trabajo vocal de la banda, ya
que, aunque los propios miembros definan al grupo como death/black metal, las voces tienen unos registros muy cambiantes,
y tanto podemos estar escuchando unos terroríficos
y muy profundos growls que en ocasiones
rozan el pig squeal como aniquiladores shrieks agudos, pasando por tramos más pausados y devastadores al
estilo death/doom.
En cuanto a lo instrumentación se
refiere, encontramos elementos típicos de cualquier grupo de metal extremo,
desgarradores riffs, blast beats y
mucho doble pedal, y además otras incorporaciones como ciertos pasajes atmosféricos,
más relajados, aunque no menos crudos, y la incursión de elementos acústicos a
lo largo de nuestro atormentado viaje. Estas variaciones, sumadas al ya comentado
trabajo vocal, hacen que esta banda nos pueda recordar a otros grupos tan
distantes y diferenciados, como
Benighted, Anaal Nathrakh o Agalloch, a veces hasta en un mismo tema.
El álbum, se puede dividir en dos
posibles partes, la primera parte, resulta compuesta por seis temas en apariencia sin demasiada dependencia entre
sí pero eminentemente unidos todos por su temática. Estos primeros temas nos
hace despegar en nuestro sufrido viaje por el gélido y tormentoso yermo nuclear
para contemplar los horrores que el hombre ha logrado provocar sobre la
naturaleza de la forma violenta, rápida y en ocasiones caótica característica del
metal extremo, dando paso en ocasiones a tramos atmosféricos .
Pero no es hasta la segunda parte
del álbum, la compuesta por las tres partes del movimiento Under the Snow, en la que estos pasajes atmosféricos y más melódicos
toman más peso, sin olvidar tampoco a la brutalidad presente en los temas
anteriores, y como guinda del pastel, la tercera parte del movimiento, con una
atmósfera desoladora y apocalíptica en continua progresión, hasta dar cierre a
un notable debut.
Morok no es ni mucho
menos el disco perfecto, pero desde luego si es una agradable sorpresa
en un mercado más que saturado. Si te interesa una visión de un apocalipsis
nuclear distinta y oscura, o simplemente el buen metal extremo, deberías darle una
oportunidad, porque lo merece.
No es un disco tan duro como me esperaba al leer la reseña, lo cual no es para nada negativo. Aunque quizás estoy algo acostumbrado de ir a conciertos de grupos similares.
ResponderEliminarEstaré a la espera de nuevas entradas tuyas, Phan.