Vehemence es una de esas bandas
que pasaron a mejor vida sin pena ni gloria por allá el 2005, y
aunque se volvieron a reagrupar en 2007, no han vuelto a sacar ningún material
nuevo.
Tres discos de larga duración y
un par de demos componen la discografía
de estos chicos de Arizona. Ciertamente dos de estos discos de larga duración, no es que sean lo
mejor que haya salido del death metal melódico, ni siquiera de la prácticamente
inexistente escena americana, pero entre estas dos pequeñas decepciones,
Vehemence nos trajo un pequeño diamante en bruto: God Was Created, segundo disco de la banda y editado en julio de 2002.
God Was Created, es un disco conceptual compuesto por diez temas, que nos cuenta a partir de una extraña combinación de las partes más brutales y melódicas del death metal, una historia de amor, algo inusual en un género donde se tiene por idea general hablar de asesinos en serie, explosiones de miembros espachurrados y sangrientos, y demás cosas escatológicas, pero no todo puede ser un camino de rosas, ya que lo que en un inicio, parece una bella historia de un chico soñando con su amor platónico del instituto, puede torcerse hasta límites enfermizos e insospechados.
Nuestro viaje empieza con Made for Her Jesus, el tema inicial del
disco, que ya nos da a entender por donde irán los tiros musicalmente hablando,
combinando ciertas partes acústicas y unas melodías en las guitarras, que por
lo general suenan muy al estilo de la escuela de Gothenburg, bebiendo de las etapas iniciales de grupos como At the Gates, Ceremonial Oath, o incluso del disco Heartwork de los legendarios Carcass.
Todo ello sumado a la contribución dada por otras influencias más brutales y
técnicas, como pueden ser Deicide, Suffocation o Immolation, con sus blast beats y dobles bombos a altas revoluciones en la batería, punteos rápidos
con algún que otro solo disperso, y una voz gutural grave en la mayoría del transcurso
del álbum, con algún cambio a un registro más agudo, o incluso ciertos momentos
limpios o hablados para dar más variedad al trabajo vocal, dando así un contraste bastante interesante entre dos partes de un mismo género al sonido general del disco.
Aunque hablando exclusivamente en
términos musicales, la banda ofrece un sonido interesante, la historia lírica
tras el álbum no se queda para nada atrás.
Como he dicho anteriormente, este
disco nos habla de una historia de amor. Uno de los personajes de dicha
historia, es una chica preciosa y que por lo visto despunta en todas las
asignaturas en clase, pero resulta ser una fanática cristiana en un sentido muy
literal, ya que siempre está acompañada de su amado crucifijo a todas partes, e
incluso en sus fantasías más pervertidas, siempre está ahí su fiel crucifijo.
El otro protagonista de la historia, un chaval como cualquier otro de un típico
instituto americano, y vive en secreto una auténtica pasión por la mejor chica de
su curso, soñando muchas veces despierto pensando en cómo de feliz sería su
vida junto a esa chica, pero siempre acaba despertando y viéndola con su
querido y adorado crucifijo despertando así, en su interior, cada vez más ciertos instintos de
posesión y anti-cristianismo que pueden llegar a alcanzar límites insospechados.
Para dar más sorpresa al oyente,
no voy a desvelar nada más sobre la historia del disco, ya que considero que un
disco conceptual es más divertido de escuchar si uno descubre por si
mismo su historia (por predecible que sea) y le da su propia
interpretación.
En cuanto a mi conclusión general
a lo que el disco se refiere, es un álbum disfrutable tanto si te gusta el
death metal melódico (aunque quizás se requiera que ya estés acostumbrado a los
guturales, nada del pseudo-death metal melódico que se lleva últimamente, como
los nuevos In Flames) como si
prefieres sonidos más brutales, o simplemente si te interesa algo nuevo, ya que
considero que no es un disco excesivamente duro o difícil, pese sus influencias dentro de
lo que sería el brutal death metal.
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