viernes, 28 de septiembre de 2012

Perdido en el abrazo de la guitarra reverberante: Ringo Deathstarr - Mauve



Situémonos en el contexto de los 80's, el metal empieza a dar sus pasos grandes, el post-punk surge en los ambientes más underground y las primeras mezclas y variaciones dan paso a bandas como Jesus and Mary Chain que da pie al fenómeno conocido como shoegazing (literalmente mirar fijamente los zapatos). Grupos como Slowdive, Ride, o My Bloody Valentine, más estos últimos en este caso, han servido al conjunto que tenemos hoy en nuestras manos a seguir este sonido tan trascendental, ese torbellino de reverberación que te agarra, y es que como tantos han dicho, no se puede hablar de Ringo Deathstarr sin nombrar a MBV. Lo cual no es malo.

Empezamos con las comparaciones. Ringo Deathstarr agarra el ritmo de unos tempranos MBV, el sonido de su etapa media, y una producción contemporánea, lo que consigue un resultado bastante satisfactorio. Dando un uso a la palanca de trémolo que nada tiene que envidiar al del señor Kevin Shields, le dan ese toque misterioso, intrínseco a las canciones que aun sin ser original, les dota de una cualidad muy propia. Mauve en ese sentido conserva la esencia de Ringo Deathstarr, que aun así a mi gusto se ha desmejorado en comparación a su anterior álbum y a su vez ópera prima, Colour Trip. Han adaptado el sonido del grupo ya mencionado a unos coros que recuerdan a Slowdive en su Souvlaki. En definitiva, es un sonido ya bastante marcado y toqueteado que aun así consigue seguir sonando fresco, lo cual es de agradecer.

En Mauve, Ringo Deathstarr alterna entre canciones veloces y canciones con tempos más normales, algunas canciones como Waste parecen iniciar pequeñas incursiones dentro de otros sonidos, haciendo nimias referencias a géneros también actuales que tampoco están de más. A veces otras guitarras disonantes, como la de Brightest Star, te lleva a la mente una ligera improvisación propia de la guitarra típica de Omar Rodríguez López, dentro de un margen, claro está. Y es que Elliott Frazier parece tener la suficiente imaginación como para ofrecer sonidos digeribles sin haber inventado nada. Mauve es un disco en el que no hay ningún cambio notable, no hay ninguna parte diferenciable, mantiene un mínimo de calidad en todo su recorrido y se hace apetecible al oído. Optando por una opinión más sinestésica, el malva (del que coge el nombre el disco, y el color de la portada) es el color que más le pega al álbum. Un sonido color malva que se clava entre ceja y ceja y te deja tumbado. Como anécdota, para hacer este disco Ringo Deathstarr estuvo pidiendo dinero por su Facebook para poder grabarlo. Incluso vendieron varios pedales de efectos usados en anteriores grabaciones y conciertos. (Si estás interesado, busca, y a ver si hay suerte.) El uso de efectos como el fuzz o el delay es otro de sus señas de identidad genéricas.

En definitiva Mauve es un álbum del que sobra poco, o nada. Buenos puentes entre canciones (con reminiscencias a cierto grupo, ejem...), sin pretensiones en cierta medida, y, sin ser crucial en la evolución de la banda, un paso acertado hacia delante.

Hay quien dice que el shoegaze sólo pueden hacerlo los jóvenes por su alma jovial y enérgica, este LP les da un punto a su favor.


Puntuación:

Kevin Shields point: Por su poca originalidad.

Bicicleta point: Por sus canciones veloces, ideales para ir en bici.

Sisha point: Por sus canciones más tranquilas.


Escucha Mauve en Spotify.

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