domingo, 30 de septiembre de 2012

Robótico hiperespacio ennegrecido: Vektor - Black Future


Los 90 fue una de las épocas negras para el panorama del thrash metal. Después de la explosión del género en la segunda mitad de los 80, las corrientes nórdicas del metal, la aparición del grunge, el poso groove de Pantera y la MTV dejaron al mundo de los metaleros del garaje en un desolado yermo creativo que hizo mella en los estandartes del género. Metallica querían ser unos mojabragas, Megadeth bajaban las revoluciones a pasos agigantados, Slayer intentaron adaptarse al sonido de la época con más desatino que acierto y Anthrax sin Belladona cayeron en una espiral de mediocridad y falta de ideas. Esto sólo por hablar del Big4. Muy pocos grupos sobrevivieron, y los que lo hicieron, fue a duras penas.

Con la entrada del nuevo milenio, la barrera compositiva antes insalvable, empezó a disiparse. Kreator con su Violent Revolution en el 2001 o Exodus con su Tempo Of The Damned en el 2004 ejercían de punta de lanza para devolver al thrash metal con un renovado sonido de vuelta al panorama musical. Esta corriente revival pareció llegar a los antes mencionados Big4 con la salida de trabajos bastante más decentes a los de la década pasada y, sobre todo, con una nueva oleada de bandas que vendrían a sentar cátedra en la forma de hacer el thrash metal en el siglo XXI.
Con el envidiable panorama actual, en el que tenemos como mayores exponentes a los vejetes Overkill o Kreator con sus excelentes últimos trabajos, hoy hablaremos de un grupo que raya a una calidad altísima y, aunque todavía no ha entrado en la corriente mainstream actual del thrash metal, es una de las bandas con más proyección futura y con miras a convertirse en uno de los estandartes referentes del género en la nueva década: Vektor.
El nombre de Vektor está irremediablemente ligado al de Voivod, aquella visionaria banda que nació en los 80 y que nos trajo un nuevo concepto para este subgénero llamado sci-fi. Voivod practicaba un híbrido entre un thrash metal germánico mezclado con unas fuertes influencias progresivas. Voces robóticas, acordes y guitarrazos disonantes, letras obsesionadas con la ciencia ficción, unos tiempos matemáticamente medidos y cambios de ritmo frecuentes. Voivod era la manera de entender el metal para un androide con la IA algo atrofiada, en resumidas cuentas, algo originalmente atrayente.
Vektor no esconde las fuertes influencias de Voivod en ningún momento. Ellos mismos se definen como thrash metal sci-fi futurista. Un término imponente desde luego, pero que no desmerece con ínfulas innecesarias el magnífico trabajo de estos americanos. Vektor recogen la robótica semilla plantada por Voivod junto a una ensalada de riffs de guitarra esquizofrénicos y un ápice de Burzum para ennegrecer el sonido resultante, sobre todo en la cuestión vocal. Todo esto lo lanzan a una batidora para ponerlo a gran velocidad y el resultado es una propuesta riffera, progresiva, elegante, oscura, futurista, melódica, supersónica y altamente compleja.
El disco debut de Vektor se lanza en 2009, y se nos presenta con una intimidante portada en la que una gran cantidad de cables y tubos atraviesan el cerebro de una "perjudicada" cabeza para salir por todos los orificios posibles hacia lo que parece una gigantesca masa cerebral que descansa en una destartalada metrópolis destrozada y sumida en un maremágnum de cables y conductos. Metafórica, inspiradora y evocadora como pocas, la portada nos invita a sumergirnos en el contenido. Mención especial a la copia/homenaje al logotipo de Voivod, una inconfundible circuitería electrónica y de válvulas que forma el nombre del grupo.
Empezamos directos y sin rodeos con la maquinaria funcionando desde el minuto uno. La canción homónima, Black Future, nos muestra la entrada de David DiSanto, el vocalista, guitarra y frontman de la banda. David tiene una forma especialmente particular de cantar, encogiendo el diafragma y utilizando sólo las partes altas de sus cuerdas vocales para escupir un canto gutural algo atípico moviéndose en notas altas al contrario que la mayoría de voces guturales que buscan una tonalidad más baja y oscura. Las palabras salen como arrastrándose de su boca con unos registros que nos hacen recordar a nuestro ex-convicto favorito Varg Vikernes de Burzum pero cambiando ese profundo desasosiego del noruego por una rapidez y ritmo que ayudan a Vektor a componer un sonido muy dinámico más cercano al thrash speedico que al black purista.
El corte Oblivion empieza a mostrarnos riffs que podría haber parido perfectamente Mustaine en los 80. Se empieza a desarrollar la vertiente thrash de la banda: unos solos virtuosos pero sin ser masturbamástiles y unos guitarrazos melódicos muy propios de Megadeth o Iron Maiden pero que no se limitan a copiar. La banda suena muy cohesionada y sabe definir un sonido propio.
Otro de los puntos álgidos del disco llega con Forests Of Legend, que con una bonita intro ambiental nos ayuda a situarnos en un frío bosque con sonidos de vegetación meciéndose al viento y grillos en la noche. La posterior explosión del tema nos regala líneas vocales muy identificadas y recordables, que reflejan el tema lírico sci-fi del grupo:
"Ancient kingdoms, creeping lines.  
Split apart by roots of time."
La duración de la canción explota la ambición progresiva de los americanos con varias secciones bien diferenciadas y regalándonos el mejor outro del trabajo. Delicioso final.
Hunger For Violence y Desoxyribonucleic Acid continúan definiendo lo que Vektor puede ofrecer. Las guitarras no ejercen de mero acompañamiento, ya que dibujan desde la retaguardia constantes riffs bastante melódicos durante todo el disco. Aquí la densidad y complejidad toman su protagonismo: los temas necesitan muchas escuchas para poder apreciarlos por completo ya que todos los instrumentos tienen una actuación digna de destacar individualmente. Un break de batería por aquí, un riff de bajo por allá y un acorde de guitarra disonante inteligentemente insertado son la tónica general del trabajo.
Después de Asteroid, cercana al heavy en múltiples ocasiones y plantando en nuestros tímpanos un memorable estribillo, se nos lanza Dark Nebula, el tema más blacker y "espacial", nutriéndose del futurismo voivodiano durante unos (quizás excesivos) diez minutos.
Vektor nos reserva para el final el plato fuerte. Accelerating Universe junta todo lo representativo de este grupo en un sólo tema. Muy destacables las líneas vocales ennegrecidas en las que nuestro vocalista, David DiSanto, clava sus cuerdas vocales en el mismísimo cielo. El inicio es thrash metal puro marca de la casa y luego se añade una larga sección floydiana hacia la mitad del tema con teclados que nos deja como un astronauta a gravedad cero en pleno hiperespacio. Un perfecto conglomerado de secciones con un aliño progresivo y futurista nos deja el mejor sabor de boca posible para acabar.
Disco debut impecable para una de las nuevas esperanzas del metal de esta década. Thrash metal complejo, melódico y, sobre todo, de ciencia ficción.

5 comentarios:

  1. Me alegra ver que VEKTOR han salido tan temprano en el blog. Mucha gente ya los tiene como lo único salvable del panorama thrasher actual y el futuro del género a la vez; pero yo creo que ni tan peludo, ni tan calvo. La propuesta de Vektor es una de las más interesantes actualmente, y han editado dos trabajazos, pero aún creo que es pronto para decir lo que ya muchos afirman. Y esto lo pienso porque, para mí, el primer trabajo es mucho mejor que el segundo. "Outer Isolation" tiene una producción más lograda, pero salvo 2 ó 3 temas, palidece al compararlo con este "Black Future". Aunque las señas de identidad son las mismas.

    Concuerdo en que lo primero que viene a la mente al escuchar algo de VEKTOR es esa agrupación de genios esquizofrénicos que es VOIVOD, que piensan sacar nuevo disco en breve. Me ha sacado una sonrisilla ver en la segunda imagen del texto, a David DiSanto con una camiseta que lleva el artwork de Away que aparece en el EP "Cockroaches" y los discos en vivo "Tatsumaki" y "Live at Roadburn" de VOIVOD.

    Quisiera puntualizar dos cosas. Primero apuntar que el sexto corte de "Black Future" se titula "Desoxyribonucleic Acid". Y segundo, a título de curiosidad, entre las bandas que contribuyeron a reanimar el thrash añadiría por encima de todas a DESTRUCTION, que creo que fueron los "primeros" en empezar en ello.

    Un saludo.

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    1. Gracias, Grewen, ya está corregido el nombre del tema.

      Coincido contigo en que este "Black Future" es bastante más redondo que su siguiente trabajo "Outer Isolation" (magnífico aun así). Vektor se lo juega todo en su próximo lanzamiento, en el que seguro se podrá afirmar lo que muchos dicen ya sobre su futura trayectoria o por el contrario nos quedaremos sólo con en el inicio de la banda que nos da una gran joyita de trabajo.

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  2. "Los 90 fue una de las épocas negras para el panorama del thrash metal."
    Joder, pues menos mal que fue una etapa negra con estos clasicos:

    Sepultura - Chaos A.D.
    Heathen - Victims of Deception
    Destruction - Cracked Brain
    Metal Church - Hanging in the Balance
    Overkill - Horrorscope
    Forbidden - Twisted into Form
    Sacred Reich - American Way
    Mekong Delta - Dances of Death
    Holy Terror - Mind Wars
    Testament - Low
    Sepultura - Arise
    Coroner - Mental Vortex
    Violence - Oppressing the Masses
    Sepultura - Roots
    Machine Head - Burn my Eyes
    Fear Factory - Demanufacture
    Kreator - Renewal
    Sodom - Better Off Dead
    ......


    "Metallica querían ser unos mojabragas"
    ¿Comol??

    ¿Por que se critica los años 90 en un disco que fue editado en el 2009?. No tiene ni pies ni cabeza. Entendería que se criticara los discos contemporáneos del lanzamiento de Black Future, pero poner a parir bandas y discos que salieron 20 años antes no tiene ni pies ni cabeza. ¿no?.

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    1. No te voy a discutir la enorme calidad de todos los trabajos que me has listado porque sería dejarme muy en evidencia. Sin ir más lejos, Heathen, Mekong Delta o Coroner también son padres espirituales de Vektor y la escena progresiva.

      Grandes discos de thrash metal ha habido y habrá en todas las épocas, pero de las 3 décadas en las que el thrash metal lleva teniendo existencia, me parece sin duda la más floja y menos reseñable a pesar de contar con grandes trabajos como los que has mencionado y el auge de pilares del género como Sepultura.

      De ahí mi comentario (algo sentencioso, no te lo voy a negar, pero hay que tomarlo como lo que es, un simple comentario).

      Se critica a los años 90 para contextualizar la explicación de la existencia de la corriente revival de la que proceden varios de los últimos trabajos del thrash metal. Sólo se matiza brevemente la evolución del thrash metal, que se mezcló con varias corrientes en boga en aquella época como el death, el industrial, el groove o el prog, y fue gracias a lo que llegó a subsisitir hasta nuestros días. Salió bien parado gracias a ello y sobrevivió hasta lo que se conoce hoy en día, en donde se tiene constancia de multitud de trabajos de thrash metal más puro y fiel a sus orígenes.

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  3. Siguiendo con el tema de los '90 y el Thrash: está claro que ahí se desarrolló la época oscura del género. O más que época oscura, la muerte del mismo. Pero maticemos, esta "época" no empezó en 1991; yo la sitúo más o menos sobre 1993. A partir de ese año eran pocas las bandas que aún hacían thrash, y menos aún las que hacían thrash tal y como se venía cociendo.

    Era lo que tocaba: el thrash había dado lo mejor de sí, y lo siguiente era renovarse o morir. Algunos se dedicaron a mezclar el Thrash con otros géneros como el Groove o el Industrial; otros dedicaron sus esfuerzos en apurar la técnica y la composición de sus obras; y algunas bandas protagonizaron cambios de género, pero eso ya es otra historia.

    Lo que no quita que muy a comienzos de la década se editase algún que otro discazo, como apunta el amigo Little Big. Y aprovecho para puntualizar que en esa lista se te han colado varios discos de la década de los 80; además de alguno que otro que yo no diría que son puramente thrash (hasta más: que de thrash tienen poquito). Pero aún así si comparamos el número de "obras maestras" de aquella década con la que la precedió, no sale un combate parejo.

    Un saludo.

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